La Fiesta
Una luz. Al final del túnel. Será la
luz esa de cuando te mueres?
No.
Lo dudo.
No estoy viendo la luz, y dios no me va a llevar con él al cielo, con todos
esos santos, y todo eso. No. Básicamente porque no creo en dios, y todos los
santos, y todo eso. I además... me he portado mal. En estos casos la ironía ayuda.
¡Hah!
¡Hah!
Una fiesta? En serio teniamos que haber montado una fiesta?
Bueno, ya que he visto la luz, y por
lo visto me voy a morir, os explico mi historia, no?
Bueno, todo empezó, cuando mi padre me dijo que nos íbamos a vivir a Madrid
con su nueva novia, Isabel. Nuestra conversación fue algo así:
P: Isabel y yo te tenemos que decir una cosa.
I: Cariño, es que nos vamos a vivir con mis padres en Madrid.
Yo: Vais de broma, no?
I: No cariño, sé que es duro, y que vas a tener que dejar a todos tus
amigos aquí y todo, pero es que mis padres se hacen viejos, y...
Yo: No. NO!
P: Pero, es importante! Los padres de Isabel están enfermos y...
Yo: No. No me iré con vosotros...
Los miré desesperada. Y… me iluminé!
Yo: Puedo... puedo quedarme con Vi!
P: Con... con Violeta?
Yo: Si! Con Vi!
P: Y su madre... Que dirá?
Y bueno, así siguió nuestra conversación, hasta que... TACHÁN! Me quedo en
casa de Vi! En casa de Vi, pero... su madre no está. Y... mi padre no lo
sabe...
Iuujuuuuuuu!
Que empiece la fiesta!
Bueno, una vez instalada en casa de Vi, decidimos echar una fiesta de bienvenida.
A ver, que éramos dos chicas de 16 años, que por primera vez nos quedábamos
tres meses SOLAS en casa! Que íbamos a hacer, sino montar una fiesta!?
Bien, a lo que iba, que montamos una fiesta. Esa misma tarde, después de
que mi padre me llamara cuatrocientas mil veces para asegurarse de que estaba
bien, apagué el móvil y nos fuimos de compras. Necesitábamos provisiones para
la fiesta, ¿no? Bueno, cuando ya llevábamos el coche, que por cierto lo conducía
Vi ilegalmente, lleno hasta el techo de alguna que otra botella de alcohol, nos
pasamos por enfrente de la fabrica de jacuzzis... Y Vi exclamó:
- ¿¡Y si alquilamos un jacuzzi!?
Yo pensé que era una idea fantástica! Obviamente. Como no. Es que hay que
ser…
Bueno, al entrar en la fabrica nos dijeron que la mas barata valía 500€ por
día. Tras las excusas de Vi (¡Que no la queremos usar de día, que la vamos a
usar de noche!) nos decidimos por alquilar un jacuzzi rojo, que tenia como
nombre "Hula", que vete a saber que quería decir.
Ah, y debéis preguntaros de donde
saqué yo tanto dinero! Pues veréis, es que mi padre, me tiene muy mimada, y
todo lo que quiera su hijita... Pues eso.
Al llegar a casa, cogimos todos los
cuadros de la madre de Vi, que era pintora, y todas las cosas que tenían risco
de romperse, y las pusimos en el sótano.
Empezó a llegar gente, entre ellos mi
otra mejor amiga, Lisa, y su novio, Marc.
La fiesta se empezó a animar.
La música se oía más fuerte cada vez.
El suelo temblaba.
En el Hula, que estaba hecho para un máximo
de 4 personas, había doce.
El suelo vibraba.
La gente reía. Bebía. Se besaba.
Miré a Vi, que estaba en el Hula, comiéndole
la cara a un desconocido. Y a su lado Lisa, que se morreaba con Marc. Fui hacia
el Hula, y me metí dentro, con ropa y todo, al lado de Vi. Ella se volvió hacia
mi, y me dijo:
- Te lo estás pasando bien?
Yo le respondí:
- Si! Me encanta! Y la gente se lo
pasa bien, por lo que parece!
Vi me pasó un vaso de esos de
plástico, con un liquido que tenia un color marrón.
- Vi, que es esto?
Le pregunté yo.
- Nada, un coctel que nos hemos
inventado yo y… bueno si, este.
Dijo Vi, señalando al chico que tenia
al lado, que por lo que se veía, estaba durmiendo, la cabeza tirada para atrás,
y la boca abierta.
Me reí con ella al verlo, allí tirado,
y di un sorbido por la pajita que me ofrecía Vi. ¡Uf! ¡Que fuerte! Ella me miro
con cara de “Que tal?” y yo le ofrecí una sonrisa. Bebí un poco más, y entonces
le devolví el vaso. Ella se bebió el resto de la “bebida especial”.
Pero.
De repente
Los ojos
Me pesaban.
Tenia sueño.
Mucho.
Dejé caer las manos dentro del agua.
Y me relajé…
La música se oía, pero como si
estuviera muy lejos de donde estaba yo.
Vi giró la cabeza, me miró y me sonrió
suavemente.
Entonces ella cerró los ojos…
Y yo también.
Dejé caer la cabeza.
Me sumergí en el agua.
Que silencio.
Me encantaba.
No oía nada.
No sentía nada.
Sólo.
Silencio.
Nada más.
Silencio.
¡Si!
Algo más.
Frío.
Tenia frío.
Mucho frío.
Estaba helada.
Mi piel se me congelaba.
¡No!
¡Me incineraba!
¡Y me picaba!
¡Me ardía!
Pero.
Nada.
Otra
Vez.
Silencio.
Tranquilidad.
Las manos
Me pesaban.
No podía pensar.
La cabeza…
¿Que le pasaba a mi cabeza?
No me acordaba.
Deje caer la cabeza.
Y
Me
Dormí.
Al·lucinant! Impactant! Que xulo nenaa! :)
ResponderEliminarGracies! Lo que passa es que crec que potser no l'han pogut enviar al "Concurso Coca.Cola", perque el vaig escriure per allà a les 4 de la tarda del divendres...
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